Hace poco leí una crítica sobre la novela “La Pesca de Salmón en Yemen”, en ella comentaban sobre la Pesca a Mosca lo siguiente:
“a los que han aprendido a pescar con mosca, ese arte poderosamente adictivo y que solo los que lo han practicado, saben qué dosis de bienestar y paz puede proporcionar"
Pues la verdad que razón no le falta, ir una jornada a pescar a parte de acercarnos a lugares maravillosos, capaces de transmitirnos la belleza y esencia de la naturaleza, de practicar la afición que nos gusta, permite reflexionar, conocernos así mismo, fusionarnos con el medio al que tanto queremos, sentirnos en nuestro verdadera "casa", somos amantes de la naturaleza por encima de todo.
Por otro laso, la Pesca a Mosca permite probarnos a cada momento, conocer un entorno y unas circunstancias concretas, las truchas o el río nos examinan continuamente sobre unas situaciones cambiantes. Si siempre “entrasen o picasen ” a la misma imitación y solo fuese un lanzar y lanzar perdería su sentido.
"Porque en un mundo donde la mayoría de los hombres parecen transitar la vida haciendo cosas que detestan, mi pesca es a la vez una fuente inagotable de placer y una pequeña rebelión. Porque las truchas no mienten, ni hacen trampa, ni pueden ser compradas ni sobornadas o impresionadas por el poder, sino que responden únicamente a la quietud, a la humildad y a la paciencia"
Un buen libro que leí hace tiempo y nos hace ver, entre otras cosas, lo afortunados que somos por poder practicar nuestra afición sin salir de nuestras fronteras y que nos tiene que unir a todos los pescadores por conservar y mejorar lo que tenemos.
