Al Oeste del Ocejón hay un par de ríos que van entre barrancos de jaras, pizarras y encinas, son barrancos abruptos de gran belleza.
La pesca en ellos se hace complicada y arriesgada, la soledad es una constante, aunque tienen su adeptos,
el entorno engancha y aunque cada vez menos es necesario sentir su dureza
para por un momento sentirse parte de ellos, y es que la pesca también esta en ellos o por lo menos
así lo siento o lo veo.
Me ha encantado dar un repaso por tu blog,son estas unas tierras muy queridas por mi, pues ahí me crié de pequeño, y siempre que puedo las visito.
ResponderEliminarBonitas imágenes, buen blog y mágica tierra, te seguiré mas a menudo.
Un saludo.
Gracias, para mi también son especiales: duras, autenticas,... esperemos que se mantengan.
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